La participación de la selección femenina de básquet en el Mundial de República Checa, ha traído más penas que glorias. “Las Gigantes” bajaron del 9º puesto del 2006 al 14º con sólo una victoria en cinco partidos. Y a esto hay que sumarle el descenso de tres lugares en el ranking mundial (del 10 bajó al 13).
El conjunto dirigido por Eduardo Pinto llegaba a este certamen como candidato, con varios aspectos positivos que suponían una buena performance. Las chicas venían de ser Subcampeonas de América, luego de hacerle un gran partido a Brasil en la final del Torneo Sudamericano (disputado en Chile, en el mes de agosto). Y a esto, hay que sumarle que consiguieron la cuarta clasificación consecutiva a un Mundial (Alemania ’98, China ’02, Brasil ’06 y República Checa ‘10).
El conjunto dirigido por Eduardo Pinto llegaba a este certamen como candidato, con varios aspectos positivos que suponían una buena performance. Las chicas venían de ser Subcampeonas de América, luego de hacerle un gran partido a Brasil en la final del Torneo Sudamericano (disputado en Chile, en el mes de agosto). Y a esto, hay que sumarle que consiguieron la cuarta clasificación consecutiva a un Mundial (Alemania ’98, China ’02, Brasil ’06 y República Checa ‘10).
Sin embargo, todo esto quedó en el olvido si se tiene en cuenta el resultado final.
Nuestro seleccionado arrancó muy bien ante las checas, en el debut del campeonato, pero no fue suficiente para llevarse la victoria (perdieron 67-53). Más tarde, en la segunda presentación terminaron cayendo ante Japón por 58-59 en medio de una polémica por un doble de las asiáticas que pareció estar fuera de los 40’ reglamentarios.
Ante esas dos derrotas, las posibilidades de clasificación se hicieron cada vez menores. Sólo un milagro las hubiese ayudado a vencer a la gran potencia rusa.
Ante esas dos derrotas, las posibilidades de clasificación se hicieron cada vez menores. Sólo un milagro las hubiese ayudado a vencer a la gran potencia rusa.
Como consecuencia, el saldo de la etapa inicial fue de tres derrotas en sus tres presentaciones (con República Checa, Japón y Rusia). Lo único que les quedaba era pelear del 13º al 16º puesto.
Con una profunda tristeza, por no haber clasificado entre las ocho primeras, enfrentaron a Malí. Y aunque las africanas plantearon un duro encuentro, Argentina estuvo más acertada en el tiempo suplementario y se llevó la victoria.
Más tarde, por el puesto 13 debieron jugar ante China. Pero como había sucedido hasta el momento, Eduardo Pinto no encontró el equipo titular ni la regularidad adecuada para estar en el pelotón de arriba, y las chicas volvieron a perder. Este puesto 14 en el Mundial será difícil borrarlo.
Llegó la hora de enfrentar a China para quedarse con la 13º colocación pero otra vez sucumbió el conjunto de Eduardo Pinto. Las orientales estuvieron precisas en cada rincón de la cancha y superaron sin sobresaltos a la Argentina que apenas pudo conquistar el 14º lugar en el mundo.
El conjunto nacional mostró muy poco en esta Copa Mundial. Y Carolina Sánchez, Sandra Pavón, Noelia Mendoza y Paula Reggiardo, algunas de las figuras de este equipo, deberán esperar otros cuatro años para llevar el básquet femenino a lo más alto.
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