Se despertó exaltado. Parece que lo que soñó lo había sorprendido, y mucho. Eduardo Pinto se levantó de la cama de un salto, con gotas de sudor en su rostro pero con una enorme sonrisa. Agarró de la heladera un vaso con agua fría y siguió pensando en lo que había fantaseado. Era tan pero tan real, que no caía a la realidad. Sabía que era mentira, que se trataba de un espejismo en vano. Pero disfrutó tanto de ese sueño, como del Subcampeonato que había logrado en el Sudamericano de Chile de este año. Justamente ese era su principal anhelo, pero lo del sueño su principal objetivo. ¿Quién no quisiera consagrarse campeón del Mundo? Y más como director técnico, y con un plantel con la calidad y la garra que uno necesita. Sólo que en la realidad, todavía no lo consiguió.
Pero esa fantasía le hizo pensar que se podía. Vio como Marcela Paoletta, Sandra Pavón, Marina Cava, Paula Reggiardo, Noelia Mendoza, Nadia Flores y las demás chicas daban la vuelta olímpica en el Mundial de República Checa (2010). Eduardo se imaginó festejando en el estadio con la copa en la mano, y descorchando un gran champagne. Sólo pasaban en los noticieros la gran hazaña del básquet femenino. Y los diarios ponían títulos como “El básquet femenino en alza” o “Gran hazaña de las jóvenes promesas”. Hasta la presidente de La Nación , Cristina Kirchner, las recibió en su despacho. Es que desde que se realizó la primera edición de la Copa del Mundo en 1953 (Chile), la albiceleste nunca la había podido conseguir. Era el punto más alto que tocó la selección femenina.
Parece que demasiada alegría lo despertó de esa alucinación momentánea. Miró la hora y el reloj marcaba las 9:00 am. Hora de ir a entrenar a sus jóvenes promesas. Allí se dio cuenta que aún no había logrado nada. La última edición Mundial se la había llevado Estados Unidos, y no Argentina como había visto en su sueño. Lo único que sabía era que con ese talento y esa gran capacidad individual estaban cerca de lograrlo. Aún así, fue el dueño del Mundo por un día. Nadie le podrá sacar la ilusión de lograrlo en el 2014.
La imágen refleja el sueño que tuvo Eduardo pinto, que las chicas salían campeonas del último Mundial que se jugó en República Checa. La verdad que nose si salió muy bueno que digamos o si se entiende del todo. Pero quise mostrar eso.
ResponderEliminarSaludos!